Tipos de anestesia


TIPOS DE ANESTESIA


La técnica anestésica se selecciona en base a lo que normalmente se utiliza en el tipo de operación que le van a realizar y su estado de salud. Sin embrago, también se planifica la anestesia en base a lo que usted desea. Con la intención de que sus deseos estén bien fundamentados permítanos informarle a cerca de los riesgos que pueden ir asociados a cada técnica anestésica y en lo que se basan las mismas. Aunque no es común, todos los tipos de anestesia conllevan algún riesgo de complicación grave, incluso la muerte. Pero queremos significar que la anestesia hoy en día es un procedimiento muy controlado y seguro. Las reducciones en la mortalidad relacionada con la anestesia que se han producido en las últimas décadas, han convertido nuestra especialidad en aquella que está más cerca de conseguir el objetivo de calidad con una cifra inferior a 3,4 muertes por millón de oportunidades. Una vez dicho esto, le presentamos las distintas técnicas anestésicas que usted puede elegir, ofreciendo las ventajas e inconvenientes de cada una. 




ANESTESIA LOCAL.


Consiste en la administración de un fármaco anestésico en gotas, crema, spray o inyección en la pequeña zona que se va a operar para hacerla insensible. Puede aplicarse a cualquier zona externa del cuerpo. Si su operación puede realizarse con esta técnica, no dude en escogerla. Es una técnica simple y eficaz. Las complicaciones graves son extremadamente raras. El dolor a la punción, el miedo a las agujas y el recuerdo del procedimiento pueden combatirlo con una sedación leve, que aumentará su satisfacción con la técnica. Esto último puede aplicarse a los bloqueos regionales que veremos más adelante.

SEDACION. 


Los medicamentos administrados por vía intravenosa o inhalatoria, hacen que usted esté menos consciente de lo que pasa, más tranquilo y sin dolor durante la intervención. Puede emplearse como técnica única o bien asociada a la anestesia local y regional. Puede aumentar la incidencia de náuseas y vómitos según el tipo de sedantes. No suele ser necesaria la manipulación de la vía respiratoria. 

ANESTESIA REGIONAL. 


En este caso las zonas anestesiadas son más amplias que si aplicamos anestesia local. Se distinguen dos grandes grupos de técnicas: 

BLOQUEO DE NERVIOS PERIFERICOS. 


Se administran fármacos a través de una aguja colocada cerca de los nervios de un brazo, una pierna, el pecho o el abdomen. Las complicaciones neurológicas son poco frecuentes, menos de un 3% (bloqueo interescaleno, axilar y femoral), sin embargo las lesiones permanente son más raras y en estos casos variables asociados a la cirugía son la causa principal hasta en un 88% de los pacientes. 

BLOQUEO DE CENTRAL: EPIDURAL, CAUDAL, INTRADURAL. 


Se administran fármacos anestésicos a través de una aguja o catéter colocado entre los huesos de la columna vertebral, para entumecer el cuerpo, generalmente la zona desde el ombligo hasta los pies. La mayoría de las complicaciones son leves: cefaleas, lumbalgias y dolor en las piernas. 

El miedo a la parálisis permanente es desproporcionado porque se estima que ocurre en 1 de cada 14.000 bloqueos centrales. La elección de las técnicas locales o regionales es una opción segura para muchos pacientes y una gran variedad de situaciones clínicas. Están libres de complicaciones en el 90, 5% de los casos y del pequeño porcentaje que se complican, el 80% no tiene repercusión en su salud. 


ANESTESIA GENERAL. 


Se administran medicamentos por vía intravenosa o inhalatoria para que el paciente entre en un estado de inconsciencia, no se mueva y no sienta dolor. Después, se le podría colocar un tubo en la garganta o en la tráquea para ayudarle a respirar. 

Entre los principales miedos del paciente están el no despertar de la anestesia y el sentir dolor estando dormidos, pero son muy raros. Otros riesgos específicos de la anestesia general son: dolor de garganta o boca, roquera, lesión en la boca o los dientes y que los pulmones aspiren el contenido del estómago. Todos ellos derivados de la manipulación de la vía respiratoria y todos ellos evitables si optamos (en la medida que sea posible) por una técnica anestésica local o regional. Las muertes relacionadas con complicaciones en el manejo de la vía respiratoria, están en torno a 1 de cada 176.000 anestesias. 

Hasta una quinta parte de estas muertes se deben a la aspiración del contenido gástrico durante el inicio de una anestesia general. De ahí la importancia de acudir a la intervención siempre en ayunas. Tras la intervención quirúrgica, usted pasará más o menos tiempo en la llamada Sala de Reanimación. 

Este tiempo dependerá del tipo de anestesia que se haya empleado en cada caso. Esta sala está dotada de los medios necesarios para vigilarle hasta que su estado de salud sea óptimo para subir a la habitación o marcharse a su domicilio. Por último, recordar que a pesar de lo dicho, la anestesia, en cualquiera de sus técnicas, es un procedimiento controlado y altamente seguro, realizado por médicos especialistas en anestesiología, que cuidan de usted antes, durante y en las horas siguientes a la operación y que disponen de medios y conocimientos muy avanzados en el control de sus constantes vitales.
En este video podemos observar a la Doctora: Paola Silva Reyma, explicando detalladamente los tipos de anestesia existentes